Llegamos al final de nuestra aventura. Tras unos fantásticos días toca hacer balance de lo vivido, de lo disfrutado, de lo aprendido y, sobre todo, de celebrar con alegría el colofón de nuestro campamento.
Por la mañana, cada uno de los grupos celebró la ceremonia del Círculo Mágico. Un ritual en el que nos situamos cara a cara, a la misma distancia, en una posición en la que nadie está por delante ni por detrás de los demás; donde todos demostramos que podemos ayudar y recibir ayuda. Allí hablamos de lo que queremos mantener en nuestros círculos (lo mejor y más positivo de lo que hemos vivido) y de lo que queremos echar fuera de él (lo peor , lo negativo) Después de esta evaluación todos los grupos nos juntamos para plasmar en el dibujo de un drakkar vikingo nuestras apreciaciones.
Tras la comida, procedemos a preparar el banquete final de despedida en honor de nuestra reina. Para ello necesitábamos conseguir comida y bebida. Mediante un juego conseguimos obtener la comida, cazando jabalís (que eran los chicos y chicas de travesía a los que cazamos con pelotas de ping pong con velcro) y con otro juego conseguimos los ingredientes para fabricar una riquísima hidromiel con la que brindamos por nuestra reina en el banquete final, en el que también presentamos unas coreografías vikingas a nuestra reina.